Hay una pequeña línea entre ser compasivas y ser complacientes.
La compasión contigo misma es reconocer que eres humana, que haces lo que puedes desde el amor.
Y que estás aprendiendo a escucharte y a darte lo que realmente necesitas 🤍
La complacencia, en cambio, es dejar de cuidarte.
Es elegir el camino más fácil por comodidad, aunque eso termine lastimando tu bienestar, tu autoestima o tu salud 😥
A veces la compasión se ve como:
✨ dormir un poquito más porque tu cuerpo necesita recuperarse.
✨ hacer media hora de movimiento en vez de una hora, porque estás adaptándote a un nuevo ejercicio.
✨ regalarte ese dulce que tanto habías querías, sin culpa, solo desde el disfrute.
Solo tú sabrás qué realmente necesitas.
Y ahí está la clave: nadie afuera tiene la respuesta.
A veces lo que parece descanso puede ser amor, y otras veces puede ser evasión 😓
A veces lo que parece disciplina, puede ser autoexigencia.
O a veces darte un espacio de suavidad es lo que te sostiene, y otras, lo que más te sostiene es elegir el reto y mantenerte disciplinada.
Por eso, la invitación no es a juzgarte, sino a escucharte con honestidad.
A reconocer si lo que eliges te acerca o te aleja de la mujer que quieres ser.
Si te sostiene o te drena.
Hoy pregúntate:
👉🏼 ¿Estoy actuando desde el amor y el cuidado?
👉🏼 ¿O desde la complacencia que me aleja de lo que quiero construir?
Con cariño,
Chris